
Trabajo con maderas nobles, materiales reciclados y formas sencillas para crear piezas únicas; combinando la calidez de la madera con un diseño elegante y natural. Cada pieza está diseñada y tallada a mano con dedicación y cuidado; lo que la convierte en una pieza única.
A todas las piezas se les da un acabado con aceite de linaza orgánico puro (que cumple la norma UNE-EN 71-3:2020; asegurándonos con ello que no contiene compuestos tóxicos); protegiendo la madera y potenciando el color de la veta.
Olivo
La madera de olivo es una de las más apreciadas por su belleza singular y su carácter distintivo. Su color base varía desde un tono crema claro o dorado hasta amarillos suaves, creando un fondo cálido y luminoso que resalta a simple vista. Sin embargo, lo que realmente la hace especial son los contrastes que se forman por sus vetas irregulares y sinuosas formando líneas, remolinos y dibujos caprichosos, con colores que van desde marrón intenso al negro. Este juego de claros y oscuros otorga a cada pieza de olivo un aspecto único e irrepetible, como una obra de arte creada por la naturaleza
Cerezo
La madera de cerezo es una de las más apreciadas por su elegancia y calidez natural. Su color característico varía desde un tono rojizo suave hasta un marrón rojizo profundo, que se intensifica con el paso del tiempo y la exposición a la luz; otorgándole una pátina rica y sofisticada que añade valor a cada pieza, haciendo que cada objeto de cerezo se vuelva aún más hermoso con los años. El veteado de la madera es fino y delicado, con líneas suaves y continuas que recorren la superficie sin grandes contrastes que le aportan un aspecto refinado y armónico.
Acacia
La madera de acacia destaca por sus tonalidades que van desde el marrón claro hasta tonos dorados y cobrizos, con matices que pueden incluir suaves reflejos rojizos o miel. Su color le da un carácter rústico pero elegante, ideal para quienes buscan piezas con un toque natural y orgánico. Suele presentar vetas irregulares y marcadas, con líneas suaves o contrastes sutiles que crean un efecto visual dinámico y único.
Roble
La madera de roble varía entre tonos marrón claro, beige dorado y miel, con el paso del tiempo adquiriendo una pátina más profunda y cálida que resalta su carácter robusto y atemporal. Presenta vetas marcadas, bien definidas, con líneas rectas o suaves ondulaciones que otorgan un efecto visual refinado.
Encina
La madera de encina es una de las más duras y resistentes que se pueden encontrar en la región mediterránea. Su color natural varía entre tonos marrón claro y marrón oscuro, con matices grisáceos o incluso ligeramente rojizos dependiendo del corte y la edad del árbol. Esta paleta de colores cálidos le da un carácter rústico y robusto. El veteado es denso y muy marcado, con líneas irregulares que pueden formar remolinos, franjas, nudos y zonas de transición que aportan textura visual y singularidad.
Contrachapado de pino
La madera contrachapada de pino es un material muy versátil y popular. Su color es predominantemente claro, con tonos que van del beige suave al amarillo pálido. Las capas finas de madera de pino encoladas entre sí, con las vetas orientadas en direcciones alternas muestra vetas sutiles y cambios de color.